Ella,la marquesa, llegó aquí hace muchos años, aunque siempre bromea con que suele frecuentar este sitio desde hace poco tiempo. Como digo, llegó aquí en los tiempos remotos cuándo esto aún no tenía el glamour y el señorío de ahora..
Buscaba diversión,como todos, y algo de intimidad ya que se empezaba a comentar por la ciudad sus extrañas costumbres , sus gustos por las mujeres y su extravagante dependencia por el tabaco de pipa. Vicios que aún hoy continua manteniendo y que mantendrá hasta que se muera. Pero es parte de su encanto.
Comenzó a merodear este lugar siguiendo las faldas de una morena gitana llamada Carmen que trabajaba , y trabaja todavía, como cigarrera. En el Canella Nuit Club hay 5 mujeres vendiendo tabaco a los clientes que así lo soliciten. Ya sean cigarrillos rubios, negros, puros, de pipa o tabaco de liar. Como también ofrecen cerillas y fósforos para encender sus pipas y papel de liar. Y entre ellas está Carmen. Una hembra española con carácter bravo y de pura sangre. De piel morena y tersa, menea su melena negra y rizada cuando alguien alza la mano y solicita sus servicios. Allí llega ella con su caminar dominante pero dulzón, con sus caderas mecidas por los movimientos de sus piernas y sus pasos cortos pero decididos. Cuando llega a tu lado, un aire de solera se te acerca y no sabes por dónde viene ni por dónde se irá. Pero cuando la tienes a tu lado, esos grandes ojos negros abrigados por esas infinitas pestañas y acompañados de una mirada intensa te dejan durante unos segundos sin palabras y te da lo mismo fumar cigarrillos que un puro.
Carmen está cerca de los cuarenta años, pero eso a ella no le importa porque sabe que todavía levanta pasiones y otras cosas.
Buscaba diversión,como todos, y algo de intimidad ya que se empezaba a comentar por la ciudad sus extrañas costumbres , sus gustos por las mujeres y su extravagante dependencia por el tabaco de pipa. Vicios que aún hoy continua manteniendo y que mantendrá hasta que se muera. Pero es parte de su encanto.
Comenzó a merodear este lugar siguiendo las faldas de una morena gitana llamada Carmen que trabajaba , y trabaja todavía, como cigarrera. En el Canella Nuit Club hay 5 mujeres vendiendo tabaco a los clientes que así lo soliciten. Ya sean cigarrillos rubios, negros, puros, de pipa o tabaco de liar. Como también ofrecen cerillas y fósforos para encender sus pipas y papel de liar. Y entre ellas está Carmen. Una hembra española con carácter bravo y de pura sangre. De piel morena y tersa, menea su melena negra y rizada cuando alguien alza la mano y solicita sus servicios. Allí llega ella con su caminar dominante pero dulzón, con sus caderas mecidas por los movimientos de sus piernas y sus pasos cortos pero decididos. Cuando llega a tu lado, un aire de solera se te acerca y no sabes por dónde viene ni por dónde se irá. Pero cuando la tienes a tu lado, esos grandes ojos negros abrigados por esas infinitas pestañas y acompañados de una mirada intensa te dejan durante unos segundos sin palabras y te da lo mismo fumar cigarrillos que un puro.
Carmen está cerca de los cuarenta años, pero eso a ella no le importa porque sabe que todavía levanta pasiones y otras cosas.
2 comentarios:
Excelentes relatos, primero Mía, ahora la marquesa, ese pueblo es un vivio puero...¿donde está?, si solo es en tu imaginación, me gustaría vivir allí.
Gran relato.
José María
Esa Carmen, esa Carmen... no sé, no sé,... en quién te habrás inspirado...
Jaja, prefiero no imaginarlo. Me encanta como la describes.
Besos para las dos.
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